La llegada de Internet ha cambiado significativamente el
sentido profundo del verbo “aprender”. Se han modificado las fuentes y la
disponibilidad de información, las personas de las cuales y con las cuales
aprender, los canales de aprendizaje e incluso los temas posibles. Además, esta
modificación ha sido acumulativa: no ha desaparecido ninguno de los medios (ni
posiblemente los contenidos, en constante crecimiento) disponibles antes de
1990 sino que, simplemente, hemos ampliado la gama de posibilidades,
reajustando quizás tiempos y prioridades.
Obviamente, el aprendizaje basado en proyectos transciende
el ámbito de lo digital: un producto final de un proyecto puede ser material y
no tener ninguna relación con el ordenador o la Red. Sin embargo, no es fácil
comprender que el ordenador o la Red no tengan hoy ningún papel que jugar en un
proyecto de aprendizaje, ya sea para la búsqueda de información, su
“tratamiento” o la creación del producto final del proyecto. Así́ pues, parece
razonable proponer que un “artefacto digital” puede ser un buen producto final
para cualquier proyecto. Hablamos, por ejemplo, de blogs, comics o animaciones,
álbumes fotográficos, infografías o limneas del tiempo, mapas mentales,
podcasts, presentaciones o vídeos.
foro
con esta herramienta podemos evaluar de forma eficaz y llamativo hacia los estudiantes
https://groups.google.com/forum/#!forum/2017a-ppie-utpe3
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